Libros, textos y lecturas en la universidad medieval

La línea de investigación de alfabetización académica advierte actualmente que las universidades no deben presumir la capacidad lectora de sus estudiantes de los libros técnicos, desentendiéndose de sus responsabilidades. ¿Cuál fue la actitud de las primeras universidades medievales respecto a libros, textos y lecturas?Este trabajo se propone contestar parcialmente esta pregunta, dando cuenta del estado de avance de la Tesis de Doctorado en Educación por la Universidad de San Andrés del autor. La pregunta misma está construida en términos del entorno conceptual en la corriente de Roger Chartier orientado a la reconstrucción de los espacios legibles.La metodología, consistente con el marco teórico, parte de la distinción entre: libro (el soporte físico con el que se encuentra el lector), texto (contenido portador de significados) y lectura (prácticas de interpretación de los textos).Mediante fuentes secundarias se construye el significado asignado a cada dimensión en el contexto medieval al momento del nacimiento de las universidades. La sobreimpresión sobre el trasfondo así conformado, del tratamiento propio dado por las universidades a los tres aspectos, permite recortar la silueta de su especificidad emergente.Resultados: Las universidades tuvieron una influencia decisiva sobre los modos de producción del libro y nuevos oficios y sistemas de reproducción se desarrollaran bajo su supervisión, garantizando que los manuscritos procedieran de un mismo original, del que fueran copia relativamente fiel. Las lecturas, tanto en sus modos como en su discusión, junto con sus interpretaciones admisibles, se organizaban de modo público en las mismas instituciones