El arzobispo Fonte y la introducción de la vacuna en la Huasteca Mexicana

Pedro José Fonte Hernández (1777-1893), native of Linares de Mora (Teruel), was the last Spanish archbishop of Mexico. He was a man of great culture with a good education in law, philosophy and classical languages and a member of the Royal Academy of San Carlos of New Spain. He took part in Mexican politics in the eventful years of Mexican independence and returned to Spain in 1823 where, later, he became Presidente of the Regency Council during the minority of Isabel II. He introduced the anti^smallpox vaccine into New Spain in 1804. After some years, its use declined considerably and the archbishop, concerned for the spiritual and bodily health of his flock, used a long pastoral visit to the north-east of his archdiocese (1819-1820) to spread this health practice to many thousands of people. He began a well-organized campaign, with a preliminary phase of information. He contracted staff at his own expense: a foreign curate coordinator, «some priests and people of authority and influence» and â «young doctor» (who died during the expedition). He gave prizes for «parents and docile children» to promote the spread of this beneficial practice.Pedro José Fonte Hernández (1777-1839), natural de Linares de Mora (Teruel), fue el último Arzobispo español de México, hombre de gran cultura, con una buena formación en Derecho, en Filosofía y en lenguas clásicas y Académico de la Real Academia de San Carlos de Nueva España. Intervino en la política mexicana en los azarosos años de la independencia de México y en 1823 regresó a España donde, más tarde, fue Presidente del Consejo de Regencia durante la minoría de edad de Isabel II. Introducida en Nueva España la vacuna antivariólica en 1804, al cabo de algunos años había decaído mucho su práctica, por lo que el Arzobispo, preocupado por la salud espiritual y corporal de sus diocesanos, aprovechó una larga visita pastoral a la parte nordeste de su archidiócesis (1819-1820) para extender esta práctica sanitaria a muchos miles de ellos. A este efecto puso, en marcha una bien organizada campaña, con una previa fase de información y una ejecución con .personal contratado a expensas del Arzobispo: un Vicario foráneo coordinador, «algunos curas y personas de autoridad e influjo» y un «joven facultativo» (que, por cierto, falleció durante la expedición), no faltando los premios a «padres y niños dóciles» para estimular la difusión de la beneficiosa práctica