En la exploración de las raíces del pícaro como personaje y, consecuentemente, de la picaresca como género literario interesa sobre todo auscultar el epicentro del seísmo, la placa tectónica que desencadenó el corrimiento de tierras y originó la falla, la erupción, el fenómeno: el Lazarillo. Sea como fuere, y de reojo, tampoco cabe perder de vista durante tal exploración el Guzmán de Alfarache y, de vez en vez, otear hacia El Buscón. La demora por estas geografías literarias, empero, será de escaso recorrido y menor bagaje. La pesquisa de los orígenes picarescos seguirá un itinerario casi espeleológico con la finalidad de tratar un poco más por extenso las influencias menos manidas que subyacen a la dermis del Lazarillo y, por contaminación...