En las últimas décadas del siglo XIX Europa atravesó por un periodo de agitación manifestado a través de constantes resistencias al diseño del orden. Para las clases dirigentes, una consecuencia asociada con la necesidad de asegurar la reproducción de la conformidad se relacionó con el abandono de los postulados clásicos inspirados en la ideología penal de la ilustración, por medio de los cuales se explicaba la conducta del criminal como resultado del libre albedrío. Después de los trabajos de Cesare Lombroso, el positivismo criminológico se expandió rápidamente por el mundo e impulsó estudios de pretensión científica para encontrar en el criminal los atavismos que permitieran distinguirlo y excluirlo, a partir de su simple reconocimiento. ...