Los programas de ajuste económico, impuestos en un número importante de países europeos, demuestran la existencia de un mando autoritario capitalista, conformado por las agencias calificadoras de riesgo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central europeo, cuya preocupación principal ha estado centrada en garantizar el pago de la deuda y, con ello, en la acumulación financiera, sin preocupación alguna por sus efectos sociales. Contrario a las expectativas iniciales que sugerían un retorno a políticas reformistas y redistributivas de ingreso de corte neokeynesiano, entre tanto ha quedado en evidencia que la crisis ha sido instrumentalizada para darle continuidad a las políticas neoliberales de estabilización macroeconómica por interm...