Introducción El Concilio Vaticano II afirma que la superioridad del hombre sobre el universo entero, consiste en su "interioridad", donde Dios, escrutador de los corazones, le aguarda, y donde el hombre "personalmente", bajo la mirada de Dios, decide libremente su destino (G. et S. N°14,2). En esta triple perspectiva: -interioridad de lo humano, presencia divina dada que nos espera, y decisión personal-; pero teniendo también en cuenta el marco histórico concreto en que los hombres están situados, es donde debemos realizar una auténtica vida de fe. Por que la vida de la fe no puede ser otra cosa que, descubrir a Cristo Jesús como presencia actual y salvífica de Dios, en el momento histórico y optar por El, comprometerse a "seguirlo" hasta l...