Tras la caída del peronismo la izquierda creyó hallarse ante una nueva oportunidad de ligarse con los sectores populares, a los que consideraba en situación de orfandad política. Dentro del Partido Socialista (PS), la más tradicional y antiperonista de sus expresiones, una corriente juvenil y renovadora se empeñó en 'ir' al encuentro de los trabajadores, mediante un audaz intento de acercamiento al peronismo. El triunfo de la Revolución Cubana facilitaría esa operación al deslegitimar aún más a los dirigentes tradicionales y actuar como puente entre la izquierda, el nacionalismo y el peronismo. Aunque al precio de sucesivas divisiones del PS, la izquierda socialista logró articular una línea y un estilo de intervención política basado en l...