La comedia del Barroco español tiene como rasgo característico una dialéctica que va del ciclo de Lope de Vega, reconocible por su costumbrismo y lances de capa y espada, al ciclo de Calderón de la Barca, con su típico costumbrismo de hidalgos y caballeros. Tal es el marco, en sus trazos más gruesos, en el que Rojas Zorrilla, en su intento por hacerse un lugar en el teatro español, consigue una reconocible diferenciación a partir de sus comedias de figurón, en las que, además de definir un género y personaje arquetípico, expone una lograda parodia de las ya por entonces previsibles tramas y desenlaces de las comedias de capa y espada, así como del canónico amor, honor y poder calderoniano. Sirviéndole, también, para eludir las trampas del a...