En la colección de novelas cortas Dos señoras conversan de Bryce Echenique, la violencia, a pesar de ser el tema central de los diferentes textos, solo se manifiesta de manera muy esporádica. Sin embargo, Permiso para sentir y otras crónicas del autor nos enseñan que este tratamiento indirecto en realidad llama la atención en una violencia sistémica que en estos cuentos siempre parece estar a flor de piel. Las mismas crónicas muestran cómo esta violencia subyacente resulta ser contraatacada mediante una variante simbólica, que procede de un sutil juego con las estructuras narrativas. Estos dos tipos de violencia echan las bases de una perspectiva muy específica por la que se puede leer la narrativa global del autor y contribuye a cuestionar...