Diseño antisísmico en obras de fábrica histórica: Santa Sofía en Estambul

A lo largo de la historia, el emplazamiento ha sido uno de los principales condicionantes de la arquitectura. En aquellas zonas de gran actividad sísmica, las construcciones han tenido que adaptarse a esta situación incontrolable con un diseño antisísmico que les permitiera permanecer en pie. Santa Sofía es una basílica que, a pesar de los numerosos e intensos terremotos de los que ha sido víctima, ha logrado perdurar hasta nuestros días. En forma de mezquita o como museo, el diseño antisísmico implementado desde su concepción ha sido fundamental para su preservación. En este trabajo se pretende demostrar cómo, desde el origen, los maestros bizantinos fueron conscientes de que debían combinar la tradición bizantina con la innovación exigida por una obra de dichas dimensiones además de hacer frente a las limitaciones condicionadas por la localización. Su ingeniosa solución y la racionalidad presente en cada decisión hacen posible la existencia de este magnífico ejemplo de arquitectura bizantina, que ha pasado a ser considerada incluso Patrimonio de la Humanidad. A pesar de las incertezas e información aún dudosa respecto a la construcción y estado original de la basílica que hay a día de hoy, es posible determinar algunas de las ideas asociadas a la acción de los sismos aplicadas por los arquitectos. Estos conceptos de capacidad de deformación, compacidad, arriostramiento y limitación de fisuras son la base de lo que se puede analizar de su diseño sismorresistente. El esclarecimiento de las características y elementos que forman parte del mismo pretende a su vez poner en valor el pensamiento racional de la época así como permitir un mejor entendimiento de los elementos proyectados en Santa Sofía