Centro de restauración de bienes muebles 

El lugar es el principal condicionante de la propuesta del proyecto. Muy próximo al rio, la parcela se encuentra entre el camino del Cabildo y el rio Pisuerga, quedando longitudinalmente delimitado por los puentes de Santa Teresa y Condesa Eylo. La zona de actuación toma un carácter de “paisaje tenso” , un punto en el que se une la agitación urbana y sosiego de la zona de ribera. En este entorno se pretende construir un Centro de Restauración de Bienes Muebles, un edificio que trata de revitalizar la zona poniendo en contacto la ciudad con la orilla del Pisuerga. La propuesta se basa en una dicotomía entre los dos niveles del edificio. En la parte superior se plantean tres volúmenes ligeros y claros, de formas simples que alberguen los espacios públicos y pongan al edificio en relación con la ciudad y la zona industrial en la que se encuentra. La superficie sobre la que emergen dichos volúmenes es un cuerpo rígido y pesado insertado en la ladera, reservado para las zonas de trabajos de restauración y rehabilitación. Desde la distancia, el edificio se entiende como un cuerpo horizontal, integrado como una pieza más de la ladera sobre la que toma forma la ribera del río Pisuerga. El acceso se produce de manera secuencial. La entrada a los espacios interiores se crea a través de una plaza que atraviesa los dos pabellones públicos superiores liberando así un área de conexión entre ellos . Desde aquí se accede al primer pabellón y a un espacio porticado que vuelca sus vistas hacia el río. Se genera con ello una extensión de la plaza que da lugar a un recorrido de luces y sombras que conecta con las entradas del edificio. Considerada la pieza clave del proyecto, este corredor no es solo un espacio de tránsito sino también un área que mira hacia sus dos laterales: hacia las vistas del paisaje de la ribera y hacia los espacios inferiores de doble altura que conectan directamente con él. La base que sustenta la parte superior funciona como un basamento emergente del terreno. Ésta será la pieza que alberga el programa de talleres del centro. Como si de una figura vegetal se tratase, existe un doble orden en la composición del proyecto. El que se encuentra en la parte inferior, de expresión reservada que sostiene el principal funcionamiento del edificio y el de la parte superior, de carácter más liviano que permite, a través de los claros, ese contacto visual con el paisaje de ribera.Máster en Arquitectur