14 páginasNuestra condición de sujetos corpóreos nos muestra el mundo no como un hábitat natural específico, sino como un universo de posibilidades de sentido, al cual podemos acceder desde infinitas orientaciones. El ser humano no está determinado a priori por la naturaleza, como los animales, sino que él mismo constituye su propio mundo a partir de sus expectativas y necesidades. Vista desde el mundo animal, la corporeidad humana no es especializada; comparado con el animal, el hombre aparece como el hijo más huérfano de la naturaleza. Sin embargo, vista desde el mundo cultural, la corporeidad humana se manifiesta como una realidad sui generis, que le permite al hombre trascender los límites impuestos por la naturaleza y responder a ellos...