14 páginasEl concepto de razón dominante en la modernidad ha resultado insuficiente para dar una respuesta satisfactoria al sentido de la vida, y tampoco se ajusta al camino seguido por el progreso científico. En este artículo trato de mostrar cómo la identificación de la razón con su dimensión científico-positiva ha sido algo decretado a priori, y no sigue la dinámica natural de la razón. La investigación histórica y el testimonio de muchos científicos sobre su actividad, ponen de manifiesto que la ciencia remite a quien la cultiva a algo más allá de lo empírico. La invitación de Benedicto XVI a dilatar los espacios de la razón, reabriéndolos a las grandes cuestiones de la verdad y del bien, puede encontrar en la misma actividad científica...