En uno de los fragmentos que Viel Temperley parece anotar como en un diario, leemos: 'Voy hacia lo que menos conocí en mi vida: voy hacia mi cuerpo'. Suena enigmático, en un poeta que suele describirse cavando, nadando, recorriendo lugares, abrazando a otros cuerpos. ¿Cómo puede alguien ir hacia su cuerpo que se convierte así en una zona desconocida, ajena a esa vida que asume un ?yo? o que al menos habla desde ese lugar? De alguna manera, la vida conocida, eso que un hablante cree ser cuando habla, no sería sino una especie de cápsula, la pequeña esfera de lo que llamamos conciencia: un flujo de palabras, de mandatos y de olvidos que parecen imponerle a la conducta determinadas formas.Fil: Mattoni, Silvio Luis. Consejo Nacional de Investig...