Textos de comunicaciones defendidas en la X Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna, previa evaluación ciega por pares.La muerte de los monarcas era comunicada a la ciudad encargada de la organización de las exequias que les erigía un capelardente, adonde debía acudir todo el cuerpo social cumpliendo un rígido protocolo, en torno al cual se sucedían diferentes actos religiosos a cargo de conventos y parroquias. Una solemne oración fúnebre pronunciada por una alta autoridad eclesiástica o algún catedrático de la Universidad, en ocasiones un certamen poético, y un libro de exequias que recogía, en descripciones minuciosas y lenguaje ampuloso todo el desarrollo de la luctuosa fiesta, completaban los actos del duelo. El ...