El mundo de las ciencias de la complejidad

La situación es verdaderamente apasionante. Mientras que en el mundo\ud llamado real –y entonces se hace referencia a dominios como la política, la\ud economía, los conflictos militares y sociales, por ejemplo–, la percepción\ud natural –digamos: de los medios y la opinión pública– es que el país y el\ud mundo se encuentran en condiciones difíciles; en algunos casos, dramática;\ud y en muchas ocasiones trágica, en el campo del progreso del conocimiento\ud asistimos a una magnífica vitalidad. Esta vitalidad se expresa en la ciencia de\ud punta y, notablemente, en las ciencias de la complejidad.\ud Mientras que la ciencia normal –para volver a la expresión de Kuhn– se\ud encuentra literalmente a la defensiva en numerosos campos, temas y problemas\ud –digamos, a la defensiva con respecto al decurso de los acontecimientos\ud y a las dinámicas del mundo contemporáneo–, en el contexto del estudio de\ud los sistemas complejos adaptativos asistimos a una vitalidad que es prácticamente\ud desconocida para la corriente principal de académicos –independientemente\ud de los niveles en los que trabajan–, de científicos, de administradores\ud de educación y de ciencia y tecnología (por ejemplo rectores, vicerrectores,\ud decanos, directores de departamentos, tomadores de decisión, políticos y gobernantes).\ud La corriente principal del conocimiento (mainstream) desconoce\ud una circunstancia, un proceso, una dinámica que sí es conocida por parte de\ud quienes trabajan e investigan activamente en el campo de las ciencias de la\ud complejidad