Imágenes en torno al constructo de lo femenino de Laura Méndez de Cuenca. Del yo al nosotros a través del mito de Prometeo

“Dice la sabiduría popular que nada sucede por casualidad. Al hacer esta investigación sobre algunos rasgos de la escritora mexicana Laura Méndez de Cuenca, hemos encontrado sincronicidades que confirman el dicho. Comenzamos con el estudio de la obra de una escritora, pero se fueron desenvolviendo otros tejidos para develar un nuevo tapiz. El hilo conductor es un entramado de textos que están en correspondencia con algunas imágenes elaboradas también por Manuel Acuña y Sor Juana Inés de la Cruz. Entre ellos hay distancia temporal y espacial considerable, sin embargo, los tres elaboraron la imagen de un árbol destruido. Esto nos llevó a preguntarnos sobre las razones de estas similitudes: ¿por qué Eco en Divino Narciso es un árbol hueco? ¿y Dafne en Nieblas es un árbol agonizante? A partir de la lectura de este último texto, nos interesamos en la obra de Laura Méndez al notar que en sus versos el “árbol” es un axis mundi como símbolo de Prometeo. El titán es el “vehículo” de los sujetos poéticos creados por la autora específicamente en su lírica. Nos interesa el texto Nieblas (1884) en el que se descubre un “ser femenino” en un proceso de renovación.