Razas ovinas autóctonas (de fomento y protección especial) y extranjeras de apitud lechera

Derivadas del Ovis aries celticus, de perfil recto o subconvexo, lana larga y basta y aptitud lechera, las razas del Tronco Churro se distribuyen mayoritariamente por el centro y norte peninsular. La Churra, la Latxa y la Carranzana muestran una posición consolidada, con sistemas de producción característicos, bien definidos y producciones tipificadas, como los quesos Zamorano, Idiazábal y Roncal, o los lechazos de Castilla y León y del País Vasco, mientras que otras, como la Colmenareña y la Rubia del Molar, por el contrario, luchan actualmente por su supervivencia, en franco peligro de extinción. En este contexto, se viene produciendo desde los años setenta una masiva introducción de razas altamente especializadas: Frisona, Awassi, Assaf, Lacaune y Sarda, que a pesar de sus inconvenientes derivados de su falta de adaptación (problemas reproductivos, sanitarios, etc.) y de calidad de los productos, han prosperado fácilmente debido a que arrojan producciones lecheras dos veces superiores a las autóctonas. La intensificación del sistema productivo y la necesidad de estabulación permanente de estas razas, ha sido considerada como una importante conquista social por parte de los ganaderos del ovino, lo cual unido a sus elevados rendimientos lecheros ha llevado, en demasiados casos, a la sustitución del ganado autóctono por el extranjero