La educación es un elemento clave para disminuir la pobreza y la desigualdad. A pesar de que nuestro país transita uno de los períodos de prosperidad económica más extensos de su historia y -más allá de la sanción de leyes que declaran prioritaria a la inversión en educación- el deterioro de los indicadores educativos es preocupante. La concentración de recursos públicos en la jurisdicción nacional cuando la gestión de las escuelas es responsabilidad de las provincias cobra especial protagonismo a la hora de encontrar una explicación a este fenómeno. En este número de Empleo y Desarrollo Social se discute la necesidad por una transformación del sistema educativo, basada en un régimen de financiamiento que incentive un buen desempeño y estab...