Empleo de cubiertas vegetales en olivar: repercusión sobre el suelo, la erosión y la calidad del Aceite de Oliva Virgen

La pérdida de suelo por erosión es un uno de los mayores problemas ambientales a escala global, siendo el proceso de degradación del suelo más extendido mundialmente. Los países europeos de la cuenca mediterránea son especialmente susceptibles a la erosión hídrica, con altas tasas de pérdida de suelo debido a una menor cobertura vegetal y mayor erosividad de las lluvias. Estas pérdidas de suelo son especialmente importantes en cultivos leñosos como el viñedo, olivar y almendro. Las cubiertas vegetales (CC) son una de las técnicas más eficientes de manejo sostenible del territorio para controlar la erosión y regenerar suelos degradados. El principal objetivo de esta Tesis Doctoral ha sido la evaluación del efecto de distintas CC (dos anuales, de cebada y leguminosa, y una permanente, Brachypodium distachyon) frente al laboreo, sobre las pérdidas de suelo por erosión, la variación de distintos parámetros edáficos y la producción y calidad del Aceite de Oliva Virgen (VOO) en un olivar de la variedad Cornicabra en condiciones de secano, desarrollado sobre margas yesíferas y clima semiárido. Se evaluó con el radioisótopo 137Cs la pérdida de suelo en un olivar a nivel de microcuenca, obteniéndose una pérdida media de 32,6 Mg ha-1 año-1 a escala media de tiempo. Para comparar las pérdidas de suelo de las distintas CC frente al tratamiento control se utilizaron microparcelas (1 m2) recogiendo los sedimentos generados por cada lluvia entre Noviembre de 2010 y Mayo de 2014. La pérdida de suelo del tratamiento control fue de 6,8 Mg ha-1 año-1, siendo reducida eficazmente con el empleo de CC un 40, 60 y 80 % para la leguminosa, la cebada y el Brachypodium respectivamente. La única cubierta que redujo la pérdida de suelo al límite sostenible fue la de Brachypodium. Junto a los sedimentos, compuestos principalmente por arcillas, se arrastraron importantes cantidades de materia orgánica (con una tasa de enriquecimiento de 2,4) y nutrientes (sobre todo de Mg, K y P). Los suelos yesíferos son frágiles y fácilmente degradables, por lo que las potenciales mejoras de las CC anuales sobre este tipo de suelos se han visto ralentizadas, siendo tres años de manejo insuficientes para observar mejoras en la mayoría de los parámetros estudiados. La cubierta de Brachypodium sí mejoró las propiedades del suelo: aumentó el carbono secuestrado en el suelo (1 Mg ha-1 año-1 respecto al control), incrementó el N del suelo hasta 1,44% frente al 1,28% del control, mejoró la estructura del horizonte superficial (con agregados entre un 20 y 50% más estables) y redujo la resistencia a la penetración por debajo de 20 cm a pesar de una mayor compactación superficial. Además, tanto las CC anuales como la cubierta permanente han incrementado la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo a 30 cm de profundidad frente al control (entre un 36 y un 55% más). En cuanto a la producción de aceituna y de aceite se mantuvo igual entre los cuatro tratamientos, siendo las diferencias en calidad del VOO muy pequeñas, con una ligera reducción de la acidez libre en los VOOs de las CC y una relación mayor de pigmentos clorofílicos/carotenoides. Para establecer de forma concluyente el efecto que las CC ejercen sobre la cantidad y calidad del aceite se necesitan más años de estudio, teniendo que ser incluidos parámetros nutricionales y del estado hídrico de los árboles para lograr una visión más completa. La reticencia de los agricultores madrileños a emplear CC, tiene que ser salvada por la Administración Regional. El Gobierno de la Comunidad de Madrid cuenta en la actualidad con los mecanismos necesarios para el incentivo de las CC a través de ayudas directas (Pago Básico y Pago Verde) o mediante ayudas al desarrollo rural