Múltiples investigaciones demuestran que la religiosidad es un factor de la salud física y psicológica. Se presenta una revisión dichos estudios y se interpretan los resultados. Las personas religiosas presentan menos depresión, ansiedad, estrés, suicidio, y menores hábitos no saludables como el consumo de alcohol y de otras sustancias psicoactivas. Las personas religiosas presentan menores tasas de morbilidad y mortalidad, presentando mejores y más rápidas recuperaciones en enfermedades físicas (tales como cirugía cardiaca o intervenciones de cadera), en adicciones (alcohol y otras sustancias), o en estrés postraumático. Estas evidencias se pueden relacionan con diferentes fortalezas psicológicas que la religiosidad promueve, de forma esp...