A partir de la década del noventa, el mercado editorial argentino destinado al público infantil se animó a producir otros géneros, como el libro álbum, que ya tenía un amplio desarrollo en Europa. Si hasta ese momento los libros infantiles contaban con ilustración en las tapas o en el interior, como acompañamiento del código escrito -incluso durante muchos años existió la creencia de que las ilustraciones coartaban la imaginación infantil-, con el libro álbum surge una nueva estética que impone una presencia cada vez más fuerte de la imagen. Estética caracterizada por la combinación de estilos provenientes del cómic, el cine, el videoclip y las artes plásticas -entre otros lenguajes-, al servicio de la narración de una historia para niños q...