Gran Promesa, Bajo Rendimiento: Cómo entender el colapso de la Causa Radical de Venezuela

Rising meteorically to national prominence amidst the collapse of Venezuela’s ossified two-party system, the leftist Radical Cause (LCR) seemed poised to ease the country’s crisis of representation and win the presidency in 1993. Instead, it imploded, paving the way for radical populist Hugo Chávez. How can the poor performance of a party with such great promise be explained? This article explains LCR’s initial success and eventual failure through the party’s adoption of internally democratic mechanisms. Its highly participatory approach attracted progressive groups, helping LCR’s early “meteoric” success. But it also sowed the seeds of LCR’s collapse: the absence of formalized decision-making rules and hierarchical leadership hindered the resolution of a political impasse. Internal democracy proved harmful to institutional growth and prevented the party from confronting factional conflict and instituting much-needed reforms in the long run. It is not only a heavy hierarchy and bureaucracy that prevent political change, but also the opposite in a base democracy.La Causa Radical (LCR) creció meteóricamente hasta alcanzar prominencia nacional en medio del colapso del osificado sistema de partidos de Venezuela. En esos años parecía que el partido izquierdista podría ser la solución para superar la crisis de representación en el país y ganar la presidencia en 1993. En cambio, explotó y allanó el camino para el surgimiento del populista radical Hugo Chávez. ¿Cómo se puede explicar el bajo rendimiento de un partido que prometía tanto? Este artículo explica tanto el éxito inicial de la LCR como su eventual fracaso a través de la adopción de algunos mecanismos de democracia interna. Por un lado, su enfoque altamente participativo atrajo a grupos progresistas, lo cual le permitió un ascenso meteórico. Sin embargo, este enfoque también sembró la semilla del colapso del partido: la ausencia de mecanismos formales de toma de decisiones y de un liderazgo jerárquico obstaculizó la resolución de sus futuros impasses políticos. Así, la democracia interna perjudicó el crecimiento institucional. Ello impidió al partido enfrentar conflictos entre diferentes facciones e instituir las reformas necesarias de largo plazo para sostener su poder. No fue, como en otros casos, una jerarquía pesada y burocrática lo que impidió al partido el cambio político y la adaptación, sino todo lo contrario: la democracia de base impidió la implementación de reformas