Malaltia tromboembòlica venosa en el pacient oncològic: noves formes de presentació clínica i paper dels anticossos antifosfolípid en la seva patogènia

La enfermedad tromboembólica (ETV) venosa representa hoy la segunda causa de muerte y un factor de gran morbilidad en el paciente oncológico. Hay gran interés en conseguir marcadores clínicos y biológicos que permitan identificar al subgrupo de pacientes oncológicos con especial susceptibilidad de padecer trombosis con el fin de poder indicar tratamiento tromboprofiláctico primario. El diagnóstico incidental de ETV en pacientes con cáncer mediante pruebas de imagen realizadas para evaluar la enfermedad oncológica representa hoy una nueva forma de presentación de la ETV. En el primer trabajo de la presente tesis se describen las características clínicas y la evolución de 340 pacientes consecutivos con cáncer (tumores sólidos) que desarrollaron ETV y se comparan las características radiológicas y la evolución de los pacientes con ETV sintomática e incidental. La principal conclusión del primer estudio es que la ETV diagnosticada de forma incidental es actualmente una forma de presentación muy frecuente (uno de cada 4 eventos tromboembólicos venosos y uno de cada 2 embolias pulmonares) en los pacientes con cáncer. Durante el seguimiento observamos una evolución clínica similar en cuanto al desarrollo de complicaciones hemorrágicas y muerte pero un mayor riesgo de retrombosis venosa en los pacientes con ETV sintomática comparado con los pacientes con ETV incidental. En el segundo trabajo se estudió la prevalencia de anticuerpos antifosfolípido (aPL) incluyendo el anticoagulante lúpico, los anticuerpos anticardiolipina y los anticuerpos anti-beta-2-glicoproteina I en 248 pacientes consecutivos con cáncer (tumores sólidos) y ETV. Los datos se compararon con un grupo control de 156 pacientes con enfermedad oncológica avanzada sin historia de tromboembolismo y con otro grupo control de 258 individuos sanos emparejados por edad y sexo. En los pacientes con aPL positivo se solicitó una segunda muestra en un intervalo de al menos 12 semanas para valorar la 'persistencia' de aPL y por tanto la existencia de criterios formales de Síndrome antifosfolípido (SAF). Los pacientes con ETV y cáncer presentaron mayor frecuencia de positividad para aPL (8.1%) que los pacientes con cáncer sin ETV (1.4%) y los controles sanos (0.8%) (p