El descubrimiento del novus orbis trajo consigo el choque de dos culturas, una de ellas subalterna –la indígena o americana– y otra dominante –la española y, por extensión, la europea–. Esta última proyectó en el nuevo continente, caracterizado por una naturaleza indómita, seres incivilizados según la versión eurocentrista y fuentes de recursos fecundas, sus ansias de poder y de riqueza. La imagen de América como tierra de la abundancia ocasionó que muchos conquistadores y expedicionarios se lanzaran a la búsqueda de lugares míticos para prosperar social y económicamente, entre los que figuraba la ciudad de El Dorado. Sus aventuras han sido recreadas en algunas ocasiones en el cine a partir de diferentes propuestas, como la de Carlos Saura,...