La representación de la inaprensible, imperfecta y desconocida realidad supone, en el área de la expresión gráfica arquitectónica, un problema eterno sobre el que trabajar. Paralelamente a los esfuerzos de la ciencia por comprender la composición, esencia y comportamiento de la materia, los arquitectos en general y los dibujantes en particular han trabajado para establecer métodos que permiten un reflejo fiel, pero codificado, de lo visible que significa a la arquitectura. Concretamente, las nubes de millones de puntos (cualificados con color) que se estudian suponen la representación más rigurosa, eficaz y precisa hasta el momento de las construcciones que habitamos. La figuratividad, en ellas, es evidente: tan perfectas como indiscriminad...