La oportunidad y necesidad de formar ciudadanos críticos y participativos conlleva que el modelo educativo superior responda a una organización y contenidos de bien común y de economía real, como es el objeto de las políticas públicas inteligentes, es decir, aquellas que facilitan una relación dinámica y equilibrada entre el Estado, la sociedad civil y el mercado, conformando una relación armónica con la naturaleza (estado-sociedad-mercado + ambiente), que redundará en “bien común”, es decir, el bien que beneficia al conjunto de la sociedad y a partir de él a todos sus miembros. El bien común que se quiere fomentar en las aulas se interrelaciona asimismo con la economía circular, cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiale...