El panorama de la lectura está cambiando. Y lo hace muy rápidamente. Sin embargo, no nos hallamos ante una especie de “muerte de los libros” —del fin de las maneras transmitidas por la Escuela y la cultura legítima para entender y practicar la lectura. Se trata más bien de un momento híbrido, algo irónico, en el que tales maneras tienden a diversificarse y pluralizarse respecto al canon culto heredado de siglos pasados. Existen muchas formas de leer. Al documentarlas en lo tocante a una variedad de sujetos, contextos y situaciones, la etnografía aspira a reintegrar el rostro singular de sus protagonistas. Booktubers, profesores de bachillerato, internautas, adolescentes, clubes, bibliotecarios, editores, libreras, escritores, activistas de ...