El Parque de las Aguas

El Parque de las Aguas fue inaugurado en 1978 tras numerosas protestas vecinales para que fuera abierto al público después de estar cerrado durante más de 100 años, cuando era propiedad de la compañía de Aguas de Barcelona. Aún hoy, existe un área de 5.000m2 inaccesible ocupada por un jardín de estilo clásico perteneciente a la Casa de las Alturas y bajo el que se esconden los dos depósitos de DosRius con capacidad para 16.000m3 de agua. En la sección transversal del lugar se observa la posición privilegiada que ocupan estos depósitos en relación con la Ronda Guinardó. Una fuerte capa de tierra para evitar la influencia de las variaciones atmosféricas sobre el agua, protege y esconde esta construcción a base de pórticos arcados de hormigón armado y cubiertos por bóvedas de obra de fábrica. Una arquitectura subterránea con una cubierta ajardinada que se muestra como una fachada ciega de 4m a pie de calle. Ha sido un enclave en constante transformación. Desde la red de caminos del año 1947, la consolidación de la plaza Alfonso X con la construcción de los edificios de Luis Duran y Ramon Tort en 1958 y posteriormente la brecha provocada por la construcción del primer cinturón en 1966 con la expansión urbanística y el crecimiento del parque automovilístico. Tan sólo 15 años pasaron desde su construcción y la demolición del viaducto más cercano a los edificios en el costado mar y otros 24 años para la demolición del segundo viaducto, pudiendo tener una lectura del lugar más global a medida que desaparecían las infraestructuras. Es en el año 2010 con la demolición de los viaductos que unían la Ronda del Mig con el Túnel de la Rovira cuando por última vez se transformó el enclave. Esta última renovación, da lugar a considerar el nuevo espacio vacío como el inicio y fin de la calle Pi i Maragall, eje que une la plaza Joanic con la plaza Alfons X y el Parque. Una situación similar que se repite en otros tres casos en Barcelona, donde calles diagonales de dirección norte-sur y simétricas a la Av. Diagonal, tienen en común su morfología, orientación y posición respecto a la trama Cerdà. En el caso de las avenidas Pi i Maragall y Gaudí y sus respectivos extremos, ambas calles estaban previstas en el Plan Jaussely. La primera como conexión de la ciudad con las Rondas verdes del faldón de la Montaña Pelada y la segunda relacionando la Sagrada Familia y el Hospital de Sant Pau. Son diagonales a 45º y excepciones dentro de la trama urbana inclinándose una respecto a Gracia lo que la otra respecto al Ensanche