oai:ojs.www.tonosdigital.es:article/16“El mejor de los malos poetas”, dijo una vez Juan Ramón Jiménez de Pablo Neruda, cuyos versos no soportaba, así fueran de trasfondo romántico, metafísico o militante. Por ese entonces, los años treinta de la República, Neruda vivía en España, sumándose a los poetas de la generación del 27. Era un ambiente de creación y polémica. El mismo Juan Ramón había publicado una “antolojía” -así, escrito con jota, según sus propias reglas ortográficas-. Y bien, el libro estaba dedicado “A la inmensa minoría”. Sonaba bonito y original pero dejaba al autor hecho un elitista confeso y proporcionaba material polémico a Neruda. No faltaron críticas y la dedicatoria ya no aparece en una nueva edición que años después...