Regulación de los incentivos a la investigación y desarrollo en Chile luego de las modificaciones a la Ley 20.241

Tesis (Licenciado en Ciencias Jurídicas)Mi temática de estudio en este presente trabajo consiste en la “Regulación de los Incentivos a la Investigación y Desarrollo”, lo que ha estado en boga los últimos años, producto del proceso de globalización que reúne “el cada vez más acelerado cambio tecnológico y la aplicación masiva de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que han transformado radicalmente la forma de hacer negocios de las empresas, pasando de una economía de la producción a una economía del conocimiento”1. Por tanto, lo que hace siglos, no era motivo de discusión, hoy es abordada como una medida o instrumento, vinculada al fortalecimiento de la economía, porque se tendía a relacionar el fortalecimiento económico con el capital y mano de obra existente, en cambio, hoy esta concepción ha sido relegada a la idea que para obtener un mayor rendimiento macroeconómico, se requiere adoptar medidas que tiendan a incentivar la I+D con el fin de mejorar o fortalecer el sistema productivo de las empresas y así elevar los estándares de competencia entre éstas, y a su vez mejorar la calidad de vida de la población en sus diferentes áreas, lo cual es plenamente coherente con las palabras de Henry Ford, un célebre empresario norteamericano y padre de las cadenas de producción modernas que llegó a señalar que “El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos”, para lo cual sin duda, es necesario los incentivos a la I+D. Asimismo, para una adecuada comprensión de mi temática empezaré por señalar que los incentivos se relacionan a la idea básica de “mecanismos o instrumentos de motivación orientados para llevar a cabo una acción ya sea de orden colectivo, político-institucional o de carácter individual, que posibiliten un cambio cualitativo al interior de una institución”2, en otras palabras, puede decirse que se trata de la adopción de medidas que permitan la obtención del mayor número de recursos para que su destinación final , que en este caso en particular es fomentar la I+D dentro de las empresas y que principalmente son incentivos de carácter financieros como las subvenciones que consisten en términos simples en una prestación del Estado a un ente particular con el objetivo de respaldar proyectos u iniciativas previamente analizadas sobre un interés concreto en su desarrollo y así mismo incentivos de carácter fiscal como son los incentivos tributarios que buscan beneficiar a las empresas que decidan invertir en estas áreas (I+D) reduciendo de esta forma su carga tributaria como un sistema de amortización a los gastos incurridos por tales actividades. Así es como estas formas de incentivos se han adoptado en muchas economías a nivel mundial que han visto en la I+D una forma de mejorar el rendimiento económico – productivo, incentivar al sector privado a tal y a su vez fortalecer el bienestar social, de tal manera que en la actualidad países como Suecia, Finlandia, Japón, etc…. gastan un mayor porcentaje de su PIB destinados a financiar la I+D, se encuentran dentro de los países desarrollados dentro del panorama mundial y al contrario, países que aún no echan manos a este instrumento o destinan un muy bajo porcentaje de su PIB a este objetivo, como Ecuador y Colombia u otros países latinoamericanos, su nivel de desarrollo sigue siendo propio de países subdesarrollados. Dentro de estos dos escenarios recientemente analizados, nuestro país hasta la fecha se encuentra en el segundo, tal es su estado en esta materia, que aun siendo un país perteneciente a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se encontraba hace muy pocos años por debajo del promedio de lo que los países pertenecientes a ella, gastaban en I+D. Por esta razón, me parece interesante estudiar las medidas que los gobiernos chilenos, en los últimos años han adoptado para revertir esta situación, inclinadas a promover principalmente en el sector privado y en otras entidades y/o instituciones la I+D, cuya preocupación se ha visto reflejada en la ley 20.241 publicada el año 2008 durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet; y la recientemente promulgada ley 20.570 que ha sido establecida con la idea de modificar falencias de la anterior, con el propósito de conocer de ellas, sus aspectos fundamentales, sus alcances y los beneficios que traen consigo