George W. Bush y su política internacional: ¿una guerra por el petróleo o por la defensa de la democracia?

Tesis (Licenciado en Periodismo)El hecho más impactante de comienzos de siglo XXI fue claramente el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. Este suceso generó un alto grado de paranoia en Estados Unidos y sus autoridades, quienes redactaron leyes que violaban las libertades civiles de sus habitantes, aumentaron sus niveles de seguridad para evitar más ataques y que además afectó toda la política internacional, por su condición de país más desarrollado en lo económico y militar. Las guerras como las en Afganistán e Irak son indicio de lo anterior, sumado a la famosa lista de los enemigos de la democracia o "eje del mal", creada por el Presidente George W. Bush. Es por esto que este trabajo hablará sobre la nación de Medio Oriente y el conflicto armado que removió a Saddam Hussein de su cargo, pero que difícilmente culminará a corto plazo, ya que el mundo protesta en contra de la acción de los marines por considerar que es una guerra en busca del petróleo iraquí y no porque el ex líder de esa nación haya sido una amenaza para el orbe. Hay que recordar, necesariamente, que se buscaron armas de destrucción masiva en la nación del mundo árabe, pero que jamás fueron encontradas por las Naciones Unidas, temerosa de la capacidad bélica que pudieran tener, ya que Hussein fue culpable de una larga lista de crímenes en contra de la humanidad, entre los que destacan ataques con bombas químicas a población civil o el saqueo a Kuwait. Hay que recordar que la invasión fue un año antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, por lo que este dato es fundamental para la investigación, puesto a que los políticos siempre piensan en cómo maximizar su popularidad y mantener sus cargos de manera democrática o que su partido político coloque un reemplazo a su cargo. En la actualidad, los demócratas Barack Obama y Hillary Clinton son los principales precandidatos para competir con los republicanos, que aún no tienen claro a qué político nombrar