Museo de Escultura en el desierto de Atacama

[ES] Proyectar un museo en el Desierto de Atacama, siendo uno de los más singulares del planeta, nace por una parte, de la particularidad de las condiciones climáticas del lugar, siendo el desierto más árido del mundo y por otra parte por los importantes atractivos del sitio, que atraen los turistas de todo el mundo a este territorio convertiendose en uno de los principales polos turísticos del mundo. Por un lado, enterrar el edificio fue una decisión basada en un estudio comparativo de las pérdidas de calor, y por otro lado por la intención de no invadir la visual del paisaje y reducir su impacto en este. La particularidad de los cielos, siempe despejados, en esta región, siendo uno de los mejores cielos para obvervación astronómica, debido a la escasa nubosidad, constituye un buen pretexto para que el visitante tenga relación constante con el cielo aunque el edifico se encuentre enterrado totalmente. La cota cero está pensada como continuidad del relieve de la región, asegurada con la forma geométrica de los elementos que emergen de la superficie y su materialidad. Al mismo tiempo, estos elementos garantizan una visita acotada del museo, junto con los distintos lucernarios y aperturas, que despierten la curiosidad de los visitantes. El museo se organiza esencialmente en una única planta. Esta se organiza según un esquema en cruz, permitiendo la distribución de los espacios conforme a su grado de privacidad, siendo la cruz el espacio de circulación que los une. Los distintos espacios de exposición se diferencian por la manera de manejar la luz cenital en cada uno de ellos, ofreciendo distintos escenarios de luz para una experiencia espectacular y única.Berrada, M. (2019). Museo de Escultura en el desierto de Atacama. http://hdl.handle.net/10251/13921