Hotel-Spa en Sot de Chera

Tras el estudio y análisis de la parcela de trabajo, en la ribera del Río Sot, la estrategia de proyecto se traduce en una intervención urbanística para recuperar bancales y zonas de cultivo perdidas. De esta manera se consigue reorganizar la parcela y ubicar la totalidad del proyecto en la zona oeste de la misma, previa a la zona de pendientes más agresivas. El programa del proyecto se genera apoyándose en los muros surgidos de la organización de la parcela. Éstos entran a formar parte del edificio y sirven para generar los espacios requeridos. Esto se aprecia principalmente en la planta de acceso. Esta planta sirve como invitación a los usuarios a adentrarse en un mundo dirigido por la recuperación de materiales naturales como la piedra, mezclados con tonos grises y marrones de hormigón y madera, que evocan el lugar. Sobre esta planta principal emergen tres volúmenes que se desprenden del lenguaje anterior para remarcarse en la parcela. Estas piezas, que serán las que verdaderamente se lean del proyecto estarán completamente envueltas en una piel exterior de cañas de bambú que, a pesar de ser volúmenes que generarán cierto impacto visual, con el uso de materiales naturales, se vincularán al territorio. Bajo la planta inferior, y ahora sí, totalmente enterrado, se localiza el spa. La organización funcional del spa sigue el lenguaje de los muros de los bancales, que rigen el programa del mismo. Las estancias y zonas de aguas se abren a pequeñas rasgaduras y patios por donde entra la luz. Las piscinas más grandes se llevan al frente y se formaliza su cerramiento con muros de gaviones. Esto permite en alzado no reconocer las grandes superficies acristaladas que generarían un mayor impacto visual, y, además, interiormente se permite una entrada de luz mínima. Estos gestos ayudan a fortalecer la idea de generar un ambiente en el spa de oscuridad, apoyado en tonos de hormigón y pavimentos más oscuros, además de dejar los materiales al natural, continuando con la idea de anclar el proyecto al lugar a través de materiales y colores. En cuanto a la estructura, el sistema que se ha empleado es la tipología CHE (Cuerpos Huecos Estructurales), similar al BubbleDeck, pero patentado gracias a los estudios de la UPV. Este sistema, con tablas de predimensionado ha permitido establecer cantos y calcular el correcto funcionamiento del sistema. Las luces del proyecto no son grandes, un máximo de nueve metros. Los soportes son los muros de los bancales que entran en el edificio. Muros de hormigón, bien con texturas como cañizo o piel de elefante, y en los grandes huecos, pilares mínimos, pero no separados excesivamente para evitar grandes secciones. En el ámbito de los materiales empleados, favorecido por su uso estructural en muros de carga, el hormigón toma una gran presencia. Mediante la utilización de encofrados con texturas como el cañizo, o con plásticos para evocar la textura de la piel de elefante, se consigue generar una serie de texturas que alejan la posible monotonía que se generaría si este material apareciera liso y sin texturas. Además, estos encofrados pueden resultar mucho más económicos que recurrir a entablillados de madera o similares. Por otro lado, es la piedra y la madera la que toman un importante carácter también en el aspecto del interiorismo. Estos materiales conectan lugar y proyecto. La piedra, empleada en revestimientos de muros, y en gaviones recupera la identidad y los sistemas constructivos tradicionales de los bancales y el uso de la piedra en seco. La madera, tanto en falsos techo como en algunos puntos concretos de las particiones genera la dualidad de materiales naturales. El mobiliario, siempre con tonos en madera iguales, conecta todo el lenguaje que se sigue en este ámbito. La madera empleada, tras varias pruebas de diseño y de color, ha sido una tipología con tonos oscuros. De esta forma únicamente con hormigón, piedra y madera, se unifica todo el pLliso Ferrando, JR. (2017). Hotel-Spa en Sot de Chera. http://hdl.handle.net/10251/10299