«Cortesanas enamoradas»: la prostitución en el Siglo de Oro

Hay asuntos delicados que rozan —o se meten del todo— en el área del tabú: si el sexo siempre anda de por medio, el peligro se dispara con la prostitución y la madeja se puede enredar todavía más en sus reflejos artísticos, que viven en el quicio entre el documento y el monumento. Si se piensa un poco, las cosas de putas tienen muchos componentes, personajes y variedades; si se escarba algo más, saltan actitudes de todo pelo (de la afición a la condena, pasando por la regulación oficial), idas y venidas en el tiempo… Y, claro está, literatura, mucha literatura, porque los escritores también pueden tener la mente calenturienta. Entre otros ingredientes, la fuerte conexión del sexo con la vida explica la fascinación por la prostitución, que es —si se quiere— otra cara del amor y una parcela de liberación con tanto de mala fama como de peligroso deseo. Por eso, no puede ser que la tan cacareada «profesión más antigua del mundo» sea la única que quede fuera de la historia, por lo que este libro trata de explorar algunas facetas de las putas de papel del Siglo de Oro desde La Celestina a ciertas representaciones artísticas