Manejo neuroquirúrgico de los aneurismas intracraneales:análisis de los factores que influyen en el resultado final

Sin duda alguna que el desarrollo de la microcirugía y otros avances, han permitido al neurocirujano ampliar notablemente el horizonte quirúrgico en el tratamiento de los aneurismas intracraneales. En el presente trabajo nuestro propósito es realizar una revisión de la experiencia acumulada en más de 15 años, analizando como influyen los problemas en el diagnóstico clínico e imagenológico, el tratamiento inicial y la cirugía en lograr la reducción máxima posible de la morbilidad y mortalidad de esta enfermedad. En un medio neuroquirúrgico adecuado con acceso a tecnología moderna se puede reducir la mortalidad a menos del 10% (9.09%), incluyendo casos con aneurismas complejos. Este trabajo se basa en un estudio descriptivo de 77 pacientes portadores de 101 aneurismas intracraneales intervenidos quirúrgicamente en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), desde 1994 hasta el 2003. Se establecieron para el análisis factores favorables y de riesgo relacionados con la enfermedad y su tratamiento: edad, sexo, existencia de otras enfermedades asociadas, el estado neurológico al ingreso, la intensidad de la hemorragia, la cantidad de aneurismas encontrados en cada enfermo, la localización y anatomía quirúrgica del saco, la presencia de complicaciones pre, trans y postoperatorias, el tiempo entre el diagnóstico de la enfermedad y la realización del proceder quirúrgico, así como el empleo de coadyuvantes en la cirugía. Se concluye que aún no se realiza adecuadamente el diagnóstico inicial de la hemorragia subaracnoidea (HSA); la realización del estudio angiográfico completo aún es demorado y la remisión del paciente a un centro para la atención definitiva es tardía, impidiendo la realización de la operación en etapa temprana. Lo que ocurre durante la intervención quirúrgica es definitorio en el resultado final por lo que se hace necesario contar con los elementos técnicos necesarios: microcirugía, instrumental adecuado, surtido de grapas y otros métodos coadyuvantes, que permitan obtener un resultado quirúrgico óptimo de exclusión total aneurisma, manteniendo la circulación cerebral. Se presenta un protocolo para el tratamiento de la enfermedad aneurismática que puede ser utilizado según las condiciones y posibilidades de los diferentes servicios de neurocirugía del país