"La teología tiene varias especializaciones funcionales, distintos tipos de operaciones que le permiten alcanzar su cometido. Pero, como bien explica Lonergan, debe culminar siempre en la comunicación, y “en esta etapa es donde la reflexión teológica aporta todo su fruto”. De otro modo “todo lo que haga la teología será en vano por falta de maduración”.2 Esta es una afirmación fuerte: todo el esfuerzo teológico, si no se completa en la comunicación, no llega a madurar y se queda sin fruto. Por eso se vuelve ineludible insistir en la dimensión pastoral o misionera de la teología. Esto vale análogamente para la Filosofía que se estudia aquí, ya que, como pedía el Concilio Vaticano II, hay que “coordinar más adecuadamente las disciplinas filos...