Editorial. Queremos construir nuestros territorios.

The pendulum of violence and the new displacements are back in Colombia, which are now promoted by the advent of “development,” which is manifested in the strong alliances between multinational corporations and the State, which not only expel inhabitants from their territories, but also, degrade nature. In both cases, this happens under the protection of Institutionality and the regulation. This is the concrete case that diverse regions experience in Colombia.El péndulo de la violencia y de nuevos desplazamientos retorna en Colombia, ahora promovidos por la llegada del “desarrollo” manifestado en las fuertes alianzas entre las corporaciones multinacionales y el estado quienes, no solo expulsan a los habitantes de sus territorios, sino que, degradan la naturaleza bajo el amparo de la institucionalidad y la norma. Un coso concreto, el que viven los habitantes del Oriente Antioqueño (Colombia), quienes a través de la historia, han vivido diversas disputas por sus territorios en tanto, esta región cuenta con importantes riquezas naturales disponibles para la implementación de proyectos Hidroeléctricos, mineros y agroindustriales, apuestas que han impactado la región generando expulsión, violencia y desarraigo; pero, a la par, se van fortaleciendo nuevos procesos de resistencia y luchas populares que han logrado en algunos casos, detener esta avalancha llamada “desarrollo”, las comunidades se organizan, resisten y construyen alternativas, planes colectivos de vida