Este trabajo recorre tres cortes que, en la historia del teatro argentino, ponen en crisis las figuras de la constitución de la nación y del migrante: el tránsito del sainete al grotesco, a comienzos del siglo XX, el representado por el denominado Teatro Abierto, de 1981, y el que, en los ‘90, ha sido denominado por la crítica teatral “nuevo teatro”. En Mustafá (Discépolo y de Rosa), representante del primer corte, el inmigrante se convierte en grotesco a causa de su trabajo, su avidez de dinero y su fracaso: caricatura paradigmática del proyecto liberal argentino. En el segundo, una nueva torsión del grotesco anuncia la trama imaginaria de una posnacionalidad: Gris de ausencia (Cossa) devuelve en quiasmo los restos individuales de una iden...