Hay una acción, un acto para devenir poeta. Puesto que el poema se vuelve acto en la desaparición elocutoria del poeta, la poesía misma se interrumpe bajo la forma de un abandono, de una desaparición, de una locura, de un silencio. Precisamente como acto entra a la vida y se vuelve acción pura, extrema, extremada, a tal punto que incluso puede arrancar al propio sujeto de la vida. En el presente ensayo, proponemos un recorrido por la obra de distintos poetas como Arthur Rimbaud, Antonin Artaud, Cesare Pavese, Alejandra Pizarnik, Jorge Luis Borges, Enrique Lihn, Héctor Viel Temperley y Fabián Casas, entre otros, a partir de la figura de la poesía como acto