La entrada al siglo 20: la cuestión indígena y la renovación de la iglesia misionera en México

El “largo” siglo XX ha experimentado una serie de importantes procesos de renovación de la misionariedad, relacionados por un lado a las transformaciones (pastorales, teológicas, litúrgicas…) impulsadas por la Santa Sede en relación con los episcopados nacionales y las grandes congregaciones religiosas (masculinas y femeninas) y por el otro a los cambios del trasfondo socio-económico, político y cultural del planeta. En este marco México ha representado, a lo largo de todo el siglo, un escenario cada vez más relevante de experimentos misionales, evangelizadores, pastorales, en espacios rurales o urbanos, en los pueblos originarios como a través de dinámicas experiencias migratorias, mientras que América latina se iba transformando en un lugar simbólico en el cual iglesia universal y iglesias locales empezaban a dialogar y confrontarse. En todo esto la cuestión de la evangelización indígena y de la tensión entre un pasado irrisuelto del continente (colonial y indipendentista), un presente incierto y un futuro en construcción han representado, en su complejidad, elementos de absoluta relevancia y, a pesar de las aparencias, centralidad. Este ensayo quiere empezar un camino de reflexión sobre estos temas, empezando por la entrada al siglo XX, para intentar reconstruir como los planes de renovación de la misionariedad indígena en México impactaron con un país complejo y multicultural que palesaba toda la fuerza viva de las manifestaciones de la religiosidad popular y la persistencia de la relación entre un pasado reelaborado y un presente en construcción