Investigar en países en desarrollo es difícil pero importante, parte del posicionamiento de que los que investigan son los que avanzan, debido a que nos permite adquirir experiencias que nos hacen crecer como seres humanos y nos obliga a enfrentarnos a nuevos retos en nuestra trayectoria médica. Los recursos que disponemos son limitados y los beneficios son innumerables como el incremento del conocimiento que enriquece a toda la sociedad porque, aparte de transmitir y transferir información, difunde una forma distinta de hacer las cosas basadas en la reflexión.