El texto intenta, en primer lugar, asentar el psicoanálisis como una práctica y, como tal, sometida a una dimensión ética; su incidencia respecto al síntoma apoyándose en dos pilares: interpretación y transferencia. En segundo lugar, una lectura crítica del término: «privada» pretende orientar la cura analítica como práctica del no-todo como una de las formas de castración