A partir de la adolescencia, las mujeres presentan un riesgo 1,5 a 3 veces mayor que los hombres de padecer un trastorno depresivo. Este riesgo aumenta en el periodo de transición hacia la menopausia o perimenopausia, cuando la vulnerabilidad depresiva se hace especialmente intensa. Se han postulado mecanismos hormonales, psicológicos y socioculturales para entender la etiopatogenia de estos cuadros. El tratamiento de la depresión en la perimenopausia viene determinado por la gravedad clínica e incluye antidepresivos, psicoterapia y, en ocasiones, terapia hormonal sustitutiva mediante estrógenos. La depresión perimenopáusica constituye un problema infradiagnosticado e infratratado, que genera un alto nivel de sufrimiento y que merece una ma...