Platón afirmó que la curiosidad es el principal motor de la Filosofía que en aquellos tiempos incluía a todas las ciencias. Si a diferencia de los demás integrantes del reino animal la realidad física y humana nos plantea interrogantes con el consiguiente deseo de despejar esas incógnitas, las respuestas acumuladas y ordenadas sistemáticamente, tienden a situarnos en un entorno significativo y a encontrar algún sentido a nuestra existencia. Todos los pueblos del mundo así han actuado y, sobrepasando respuestas individuales a problemas personales, se han elaborado sistemas más o menos coherentes aceptados por la colectividad a cerca de sus orígenes y destinos colectivos