Postal que reproduce una pintura del año 1886 de Antonio María Fabrés y Costa. Representa a una mujer ajusticiada por haber robado las joyas que penden ante ella, como confirma el letrero en árabe sobre su cabeza: Muerte de ladrón. El autor ofrece una visión romántica del castigo y ejecuciones, con una interpretación peculiar de la acción justiciera reiterada también en su obra titulada Un ladrón. Fabrés, a pesar de la crueldad manifestada por la forma de mantener inmovilizados a los dos protagonistas de ambas obras, que contemplan el inalcanzable fruto de su delito, no deja de recrearse en la elegancia de la disposición de las ropas, en la belleza del colorido, en la justeza de las proporciones, en la simetría de las formas y en la sensual...