La situación global surgida después de la última gran crisis internacional ha llevado a la acuciante necesidad de replantear la forma cómo se toman las decisiones económicas, sociales y ambientales que afectan a toda la humanidad. El multilateralismo ha resurgido con fuerza y los países emergentes reclaman una mayor presencia en el debate internacional. Este apunta a la gestación de una nueva forma de gobernanza global y al diseño de nuevos mecanismos de cooperación con los países en desarrollo. La gobernanza global en el siglo XXI tiene por objeto velar por la provisión de los bienes públicos globales, tales como la mitigación y adaptación al cambio climático, y por el cumplimiento de las metas sociales y ambientales que las Naciones Uni...