La ética en la arquitectura ¿virtud o condena?

Abstract The present review is a personal reflection of the author on certain behaviors observed in the architects in the city of Cartagena de Indias where many cases of corruption are evidenced from the public and private spheres, causing that the processes of execution and processing of projects are delayed if there is no monetary benefit for those individuals, this causes that they are generated on costs in the executions of public infrastructure projects and their value is multiplied unnecessarily. The city of Cartagena compared to other cities in the country is left behind in terms of favorability and perception in the population on the issue of development in the public private infrastructure as this shows shortcomings in the execution and processes in the construction projects, the completion of works only increase the little credibility that exists in the architectural and political policy guild, our group is faced with a dilemma between being a properly correct person who thinks about the real needs of society that faces an economy with limitations, or be an architect without principles that accepts all kinds of bribes andLa presente reseña constituye una reflexión personal de la autora sobre ciertos comportamientos observados en los arquitectos en la ciudad de Cartagena de Indias en donde se evidencian muchos casos de corrupción desde el ámbito público y privado, ocasionando que los procesos de ejecución y tramite de proyectos sean tardíos si no hay un beneficio monetario para aquellos individuos, esto hace que se generen sobre costos en las ejecuciones de los proyectos de infraestructura pública y su valor se multiplique de manera innecesaria. La ciudad de Cartagena en comparación con otras ciudades del país se queda atrás en cuestión de favorabilidad y percepción en la población en el tema de desarrollo en la infraestructura publico privado ya que esta muestra falencias en la ejecución y procesos en los proyectos constructivos, la no culminación de obras solo acrecientan la poca credibilidad que hay en el gremio arquitectónico y político normativo, a nuestro conjunto se ve enfrentado a una disyuntiva entre el ser una persona debidamente correcta que piensa en las necesidades reales de la sociedad que se enfrenta a una economía con limitaciones, o ser un arquitecto sin principios que acepta todo tipo de sobornos y corrupción la cual empobrece a nuestra ciudad cada día más