Madera y desarrollo rural: oportunidades en el espacio forestal

Entiendo que la arquitectura tiene muchas maneras de enfrentarse a los conflictos presentes en la realidad. Identifico dos de esas maneras que resuelven dos situaciones concretas y complementarias. La primera es material y se refiere a la construcción sólida de la arquitectura. Creo que las materias primas con las que fabricamos esta arquitectura son de una trazabilidad excesivamente opaca y por lo tanto una sostenibilidad dudosa. Por ello entiendo que los materiales que deberíamos usar en el presente deben de cumplir no sólo las exigencias básicas de la profesión sino también deben participar del desarrollo sostenible. Es más, supongo que hoy en día este aspecto ambiental de la arquitectura también es una exigencia básica de la profesión. En este sentido la madera es un material que cumple con todos estos requisitos, y además, tiene una particularidad respecto a los demás, está viva. Su extracción, aunque de turnos muy largos es cíclica y los bosques exigen de un cuidado que asegure la permanencia de esos ciclos periódicos. Esto me lleva a la segunda cuestión. Los bosques son esencialmente rurales y su emplazamiento es obviamente ajeno a los entornos urbanos. Requieren trabajos de extracción, cuidado, gestión y administración que se tienen que dar en ese contexto rural y si se ejecutan correctamente pueden contribuir al desarrollo del mismo. Con lo cual estos dos argumentos pueden en principio dar una respuesta coherente a dos situaciones que necesitan de soluciones urgentes, la sostenibilidad y el desarrollo rural. El objetivo de este trabajo es entender la relación entre esas dos situaciones y cómo la actuación conjunta sobre ambas puede ayudar a resolverlas