La reflexión sobre bioética está enraizada en la situación actual. Los países desarrollados comienzan el tercer milenio en condiciones de bienestar generalizadas, superiores a las que tenían hace treinta años, pero la calidad de vida requiere algo distinto del simple crecimiento, la situación personal se ha deteriorado. Los países pobres están dispuestos a sacrificar lo que añoran los países desarrollados por disfrutar del crecimiento mecanicista. La producción requiere cada día menos personas de las que hoy están ocupadas. La generación de desechos aumenta. Los hombres encuentran dificultades para relacionarse. Por ello, la situación presente es vista como un desafío que supera a los retos tradicionales, donde no sólo los principios clásic...